Grupo de Biometeorología de la Universidad de Cantabria

GEOGRAFÍA DE LA SALUD
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 Bajo la influencia de los factores físico-geográficos más representativos es posible identificar algunas regularidades que favorecen o no la aparición de ciertas enfermedades del ser humano. Existen determinados patrones de referencia en las enfermedades propias de los trópicos, otras de las zonas áridas y semiáridas, otras de las grandes ciudades, etc. La geografía dedica sus enfoques metodológicos desde hace muchos años a caracterizar las condiciones del entorno y su influencia sobre el hombre.

EL DESARROLLO DE PRONÓSTICOS BIOMETEOROLÓGICOS
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 Es innegable que las condiciones del tiempo ejercen variados efectos sobre la salud humana, los que pueden ser directos, indirectos o condicionados. Estos efectos pueden prevenirse en la actualidad mediante el desarrollo y aplicación de diferentes sistemas de alerta sanitaria capaces de avisar con antelación a las autoridades de salud sobre la posible ocurrencia masiva de crisis de salud asociadas a los cambios bruscos del estado del tiempo. 

OLAS DE CALOR MÁS FRECUENTES
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 Una ola de calor es un periodo prolongado de tiempo excesivamente cálido, que puede ser también excesivamente húmedo. El término depende de la temperatura considerada «normal» en la zona, así que una misma temperatura que en un clima cálido se considera normal puede considerarse una ola de calor en una zona con un clima más templado. Este tiempo cálido puede ser el habitual a lo largo de un verano, o puede ser un incremento anormal de temperaturas que tiene lugar una vez cada década o cada siglo, como bien lo indica el científico italiano, Dr. Roberto Pierri en su más reciente libro, «Fenomenos Naturales».

OLAS DE CALOR MÁS FRECUENTES

Las olas de calor son cada vez más frecuentes en las latitudes medias durante los meses del verano. En el año 2003 una intensa ola de calor afectó Europa, produciendo una mortalidad considerable en sólo 11 días. Ello constituye un fenómeno relativamente nuevo y su repetición preocupa a los tomadores de decisiones, autoridades de salud, epidemiólogos y público en general. La prevención de estos procesos es también propósito de la biometeorología humana.

Esta ola de calor, provocó en la Península Ibérica un aumento del consumo eléctrico, que llevó a que el precio medio de la electricidad en el mercado diario de producción (‘pool’) se incrementara en un 24,3 % durante ese mes, hasta los 3,958 céntimos de euro por kilovatio hora (kWh), frente a los 3,184 céntimos de media del mismo mes de 2002, según datos del Operador del Mercado Eléctrico (OMEL). Dicho aumento de consumo puede ocasionar cortes de suministro, que pueden ser paliados mediante el uso de energías alternativas, en especial, la energía solar.A partir de ese año, para evitar los efectos adversos de las altas temperaturas, la Federación Española de Municipios y Provincias, en colaboración con el IMSERSO, Cáritas y Cruz Roja, estableció un Convenio de Colaboración destinado a informar al ciudadano, sobre todo a los sectores de mayor riesgo.

Por otro lado, las olas de calor pueden causar muertes por hipertermia, especialmente entre los ancianos. Si, además, se produce una sequía que seca la vegetación, las olas de calor pueden provocar incendios forestales.

DURACIÓN DE UNA OLA DE CALOR

En España, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) define ola de calor como un período de al menos 3 días con temperaturas ambientales superiores a los 32,3ºC.1

En Holanda, una ola de calor es el periodo de al menos 5 días consecutivos donde la Tº máxima en De Bilt excede 25 °C (77 °F), con al menos 3 días de ese periodo de Tº máxima en De Bilt superior a 30 °C (86 °F).[1].

Esta definición también ajusta para Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo.

Extraído de la Wikipedia

BIOMETEOROLOGÍA Y CAMBIO CLIMÁTICO
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 Gana cada vez más atención la manera en que las sociedades humanas han alterado los ecosistemas locales y modificado los climas regionales. Hoy día, la influencia del ser humano ha alcanzado una escala mundial, reflejo del rápido incremento de la población en los últimos tiempos, del consumo de energía, de la intensidad de uso de la tierra, del comercio, de los viajes internacionales y de otras actividades humanas.

TENDENCIAS OBSERVADAS Y SUS EXPECTATIVAS FUTURAS

Los estudios biometeorológicos también coinciden con el análisis de las tendencias a largo plazo de los componentes del sistema climático, porque de una adecuada evaluación de estos procesos, dependerá la correcta estimación de los impactos futuros de la variabilidad del clima y sus cambios extremos sobre la salud de los seres vivos.

IMPLICACIONES DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICOS EN LA BIOMETEOROLOGÍA
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 El desarrollo de los Sistemas de Información Geográficos (SIG) y su aplicación al campo de la epidemiología y la Salud Pública ha otorgado a la localización geográfica de los hechos sanitarios y a su análisis una especial trascendencia, ya que permiten la vigilancia en tiempo cuasi-real de los brotes de enfermedades transmisibles, así como el seguimiento de la propagación de vectores y las enfermedades asociadas a éstos, por ejemplo: el dengue y la malaria.

Los Sistemas de Información Geográficos permiten elaborar cartografías temáticas diversas, pero son algo más que unas herramientas informáticas empleadas para la recogida, almacenamiento, tratamiento, análisis y representación de la información sanitaria. El uso de este tipo de instrumentos en áreas como la Salud Pública posibilita la definición de patrones espaciales y la definición de teorías acerca del comportamiento de las epidemias gripales fundamentadas en criterios meramente espaciales.

El dato geográfico resulta peculiar con respecto a otro tipo de datos dada su doble componente (temática y espacial) que le otorga una mayor complejidad. La dimensión espacial4 del hecho epidemiológico convierte de este modo el dato sanitario en dato geográfico. Cuando el objeto básico de análisis es la dimensión espacial del dato sanitario podemos actuar de dos formas diferentes: 

  1. Representando esa realidad sanitaria de forma cartográfica mediante el empleo de unidades de observación discretas6 (municipios, provincias, Comunidades Autónomas…). 
  2. Representando directamente, mediante técnicas geoestadísticas7 de interpolación, el comportamiento de las variables sanitarias en el espacio.
OPORTUNIDADES PARA LA PREVENCIÓN Y MITIGACIÓN
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 Cuando se aplican servicios de pronósticos biometeorológicos para prevenir los efectos del tiempo sobre los seres vivos, es necesario crear dentro de los sectores de aplicación (salud humana, medicina veterinaria, sector agroforestal, etc.) nuevos procedimientos de prevención y mitigación de los impactos potenciales más graves. Ello mejora la calidad de la atención primaria en la salud humana, la vigilancia epidemiológica y epizootiológica, así como contribuye a la prevencion de la ocurrencia de plagas y enfermedades en los cultivos.

MÉTODOS DE LA BIOMETEOROLOGÍA
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 Los métodos de la biometeorología son muy variados porque es una ciencia eminentemente interdisciplinaria, que requiere de una parte del esfuerzo conjunto de especialistas de la medicina humana, veterinaria, epidemiólogos, higienistas, agrónomos, etc. y de otra parte, demanda del concurso de especialistas en diferentes ciencias de la Tierra. Ello convierte a esta ciencia en un campo muy diverso e interesante de investigación-desarrollo.

EL ANÁLISIS DE LA VARIABILIDAD ESPACIAL DE LAS ENFERMEDADES
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 Otro aspecto muy importante en los trabajos actuales de la biometeorología humana es el análisis espacial de las enfermedades, porque existen asociaciones bien definidas entre su ocurrencia y diferentes factores ambientales, entre ellos el clima y el tiempo. Los estudios biometeorológicos constituyen un aporte esencial para la epidemiología, la vigilancia y el control de las enfermedades crónicas y transmisibles.

TENDENCIAS OBSERVADAS Y SUS EXPECTATIVAS FUTURAS
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 Los estudios biometeorológicos también coinciden con el análisis de las tendencias a largo plazo de los componentes del sistema climático, porque de una adecuada evaluación de estos procesos, dependerá la correcta estimación de los impactos futuros de la variabilidad del clima y sus cambios extremos sobre la salud de los seres vivos.